jueves, 10 de enero de 2013

DÍA 3: Vía Central



La primera semana de rotatorio ha finalizado, y con ella cientos de cosas nuevas que he podido ver y aprender. Pese a la gran dificultad de esta unidad, poco a poco voy adaptándome más a ella, y entendiendo más el funcionamiento de esta y los cuidados que se le proporcionan a los pacientes.

Desde el día en que llegué a esta unidad, R., paciente de 70 años, se encontraba ahí ingresada debido a que sufrió un SCACEST (Síndrome Coronario Agudo con elevación del ST) afectando a la zona inferior y lateral del corazón. Durante su ingreso sufrió también un Accidente Cerebrovascular produciendo una afasia en la paciente que le imposibilitaba hablar de una forma comprensible.

Se decidió canalizar una vía central a esta paciente para medir la Presión Venosa Central y con ello conocer la precarga y el volumen existente, y con ello monitorizar la volemia,  ya que a esta paciente se le administraba Furosemida 10 mg cada 12 horas y el volumen de las diuresis forzadas era escaso, por lo que se decidió aumentar la dosis de este fármaco a 20 mg.

Una vía central consiste en la colocación de un catéter en la aurícula derecha, a través de una vena central, como son la vena subclavia, la yugular o la femoral. Esta vía está indicada para la monitorización hemodinámica (mediante la medición de la Presión Venosa Central), como acceso vascular cuando el acceso periférico no es posible, para la administración de sustancias vasoactivas o tóxicos irritantes como son drogas vasoactivas, nutrición parenteral o quimioterapia, o para procedimientos radiológicos y terapéuticos como la instalación de marcapasos transitorio o hemodiálisis. La realización de esta técnica debe ser de forma estéril durante todo su proceso.

En este caso, a esta paciente se le canalizó la vía en la vena subclavia. Esta vena es la de elección a la hora de canalizar una vía central, ya que tiene buen flujo, es cómoda para el paciente, existe poco riesgo de infección y es fácil de fijar y curar, por lo tanto estas ventajas son las que la hacen la vía de elección frente a otras vías venosas.

La vena yugular interna es de fácil abordaje, ofreciendo un acceso directo a la vena cava superior, pero no está indicada para largos periodos de tiempo ya que es incómoda para el paciente y dificulta los cuidados, lo que hace que el riesgo de infección sea mayor en relación a la subclavia.

En cuanto a la vena femoral, tiene muy buen flujo, es de fácil compresión y de fácil acceso en maniobras de RCP, pero por el contrario es de difícil acceso a las cavidades cardiacas, no permite la movilidad del paciente y presenta una alta incidencia de infección y tromboflebitis.

Lo primero que se debe hacer antes de comenzar con la realización de la técnica es informar al paciente sobre lo que se le va a realizar. Seguidamente se debe preparar la piel de la zona desinfectándola con antisépticos, y posteriormente se prepara el campo estéril con todo el material necesario para la intervención.
Es muy importante colocar al paciente en la posición correcta, en este caso, la vena elegida es la subclavia por lo que se debe colocar la paciente en posición de Trendelenburg y la cabeza debe estar girada hacia el lado contrario de la punción.

Una vez esté identificada la zona de punción anatómicamente, se anestesia la zona con anestésico local y se procede a la punción y la canalización de la vena (la punción se realiza con la aguja conectada a una jeringa y aspirando). Una vez entre sangre en la jeringa se procede a introducir la guía metálica y la retirada de la aguja de punción. Una vez retirada la aguja se introduce a través de la guía un dilatador, que posteriormente se retirará. Una vez dilatado el trayecto, se inserta el catéter a través de la guía avanzando unos 15-20 cm. Una vez introducido el catéter se retira la guía metálica y se debe comprobar la correcta canalización mediante el retorno de sangre por las vías del catéter, y se irrigan con suero fisiológico. Finalmente se debe fijar el catéter con puntos de seda en la zona de inserción, cubriéndola con un apósito, y se debe comprobar radiológicamente la correcta posición de la punta del catéter y descartar un posible neumotórax.

Una vez finalizada la canalización de la vía central, se puede proceder, en el caso de esta paciente, a realizar la medición de la Presión Venosa Central.

Bibliografía
  • Bugedo G, Castillo L. Cateterización venosa central y accesos vasculares. En: Medicina Intensiva [libro en Internet]. [Acceso 11 de Enero de 2013]. Disponible en: http://escuela.med.puc.cl/deptos/intensivo/librointensivo/capitulos/cap13.pdf
  • Cateterización de vía venosa central. [Acceso 11 de Enero de 2013]. Disponible en: http://www.oc.lm.ehu.es/Fundamentos/fundamentos/TecnicasCM/Via%20venosa%20central.pdf
  • Alan S. Graham, M.D., Caroline Ozment, M.D., Ken Tegtmeyer, M.D., Susanna Lai, M.P.H., and Dana A.V. Cómo se coloca una vía central. En: Central Venous Catheterization [libro en Internet]. Oregon: Oregon Health and Science University. [Acceso 11 de Enero de 2013]. Disponible en: http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=49894
  • Dres. Braner DA, Lai S, Scott Eman, BS, et al. Canalización central a través de la vena subclavia. [Libro en Internet]. [Acceso 11 de Enero de 2013]. Disponible en: http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=58712

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